Ética para los Negocios

Bienvenidos al blog La Bancarrota de Global Crossing, en donde se aplican las teorías éticas que permiten evaluar más a fondo las circunstancias que ocasionaron el colapso de dicha organización y los respectivos efectos que generaron.



martes, 1 de junio de 2010

Problemas desde el punto de vista de la Teoría de la Justicia por Gabriela Cornejo

Endeudamiento excesivo al que se sometió Global Crossing por decisión de los altos directivos y gerentes de la empresa

Entre los factores que condujeron a la enorme cantidad de deuda y la presentación inevitable de la quiebra están las situaciones a las que se enfrentan las empresas de servicios globales de redes y telecomunicaciones. Entre ellos el de la tecnología costosa que debe ser constantemente renovada por los avances.

El primer error en cuanto al endeudamiento, que es lo que desencadena una serie de consecuencias totalmente discutibles éticamente, es que subestimaron demasiado la demanda de sus redes y no pudieron responder ante las obligaciones que habían adquirido.

Así fue como los altos directivos y los gerentes tomaron la decisión habiendo evaluado su entorno, de endeudarse y tomar el riesgo que conlleva asumir la responsabilidad de enormes cifras económicas.
En dicha decisión se encontraría el primer problema ético a los que se afrontan los hombres de negocios, ¿Vale la pena arriesgar el futuro de mi empresa, a los empleados e involucrados, arriesgarme a mí mismo y a nuestras familias al tomar decisiones de crédito excesivo? ¿Está garantizado que podremos responder ante nuestras obligaciones como empresa? ¿Si sólo los altos gerentes de la empresa tenemos la responsabilidad de ésta decisión, vale la pena que todos paguen si es que se fracasa?

No era una situación de igualdad ni todos tenían las mismas oportunidades de intervenir, los empleados de menores rangos no tenían la potestad de tomar decisiones de esa índole; es por ello, que si "algo" le ocurría a Global Crossing y ese "algo" era causado por error de los altos directivos, los empleados iban a verse sin trabajo y por derecho, deberían ser los primeros en compensarse, asimismo, tenían el derecho de acceder a información tan escencial acerca de la situación de apalancamiento en la que laboraban.

Desde la otra cara de la moneda, los gerentes tenían tanto el derecho como el deber de desempeñar su trabajo adecuadamente, cumplir con sus funciones entre las cuales estaba la toma de decisiones, pero empezaron a equivocarse desde que asumieron demasiado riesgo crediticio hasta que maquillaron sus estados financieros y se aprovecharon de la información reservada de los mismos.


Actos desleales que dañaron los derechos de los trabajadores y de los inversionistas con menor participación de Global Crossing

Recordemos que la bancarrota de la empresa estaba por explotar dentro de la industria y economía de Estados Unidos. El fundador de la organización y varios inversionistas que poseían considerable participación y poder, tenían acceso a la información financiera alarmante y aprovecharon su posición favorable para salir librados de la quiebra personal. Así perjudicaron aún más la situación financiera de Global Crossing, de los trabajadores y de los demás inversionistas.

En nuestro caso, existieron grandes disparidades entre los “favorecidos” (fundador e inversionistas mayores) y los “no favorecidos” (trabajadores y demás inversionistas) que sí se pudieron evitar.

Aquellos involucrados “favorecidos” que tenían mayores posibilidades de cambiar en cierta forma del destino de los demás, hasta de los “no favorecidos” o de contrarrestar los daños, pero simplemente aprovecharon su situación para beneficio propio, fueron indiferentes y velaron por intereses netamente egoístas, desleales y carentes de noción moral.

No existió equidad entre los involucrados y se atropelló uno de los principales derechos que tenían los trabajadores como es el de recibir sus salarios, compensaciones o alguna liquidación decente por la caída de su empresa.
Por otro lado, los inversionistas menores también fueron burlados ya que se quedaron con montos mínimos e inutilizables para salvaguardar sus patrimonios; todos los inversionistas tienen los mismos derechos proporcionalmente a la participación que tengan en una organización.

Entre los principales daños hacia los “no favorecidos” se encuentran el desempleo y quiebras personales, familiares, caída parcial de la economía nacional, entre otras. Los beneficiados en cierta forma, salvaron parte de sus patrimonios personales y corporativos. Lo cual no cumple con el criterio de John Rawls “Si va haber inequidades económicas o sociales, tienen que ser para el mayor beneficio de los más aventajados”.

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